viernes, 22 de mayo de 2009

Greg y Tony

Cuesta entender cómo es posible que millones de espectadores en el mundo se hayan dejado seducir por dos tipos que, en principio, no despertarían más que repulsión. El primero es un cojo misógino que tiene muy “mala folla” y cuyo hobby es hacerle la vida imposible a quienes le rodean y más imposible si cabe cuanto más cerca de él estén (amigos, compañeros, jefe, novias…).El segundo es un gordo y calvo machista, hiperviolento y cuya máxima diversión es follar con todo lo que se mueva y matar a todo lo que se mueva y no necesariamente en este orden. Entonces, ¿cómo es posible la adicción que suponen House o Los Soprano?

En primer lugar está claro que no sólo son dos tipos despreciables tienen algo encantador y que admiramos mucho, los dos son singulares. No hay dos como ellos o al menos no son fáciles de encontrar. El doctor House tiene un talento para resolver casos imposibles y lo mismo se puede decir del patriarca de los Soprano. A pesar de que uno es admirado por su búsqueda de soluciones para mantener la vida y el otro soluciona problemas con la muerte, ambos se mueven por puro egoísmo y diversión. Matar o mantener vivos a los demás no es sino una excusa para conseguir la admiración del resto y para que su ego crezca. Y además por qué no sirven para otra cosa, es decir: son únicos haciendo lo que hacen.

El caso más claro de esta complejidad son las continuas situaciones donde los protagonistas dudan y tienen que elegir, los espectadores ya conocen su ideología, manera de actuar y posibles consecuencias, pero el factor sorpresa (siempre de manera justificada) desencadena situaciones nuevas que permiten saber y conocer más al personaje y por tanto empatizar más con él o ella se esté de acuerdo o no con lo que hacen. El quid no es juzgarlos o no, si no conocernos más a nosotros mismos según la respuesta de satisfacción o rechazo que tenemos sobre sus acciones. Algo que pocas series permiten.

Por último es interesante destacar la normalidad y humanidad que desprenden. Ambos comen, se divierten, mienten, manipulan, hacen cosas buenas y malas, se sorprenden, se portan como niños, asumen y evitan responsabilidades y un rasgo muy poco común en las series americanas: se filma el aburrimiento. Algo tan humano como eso tiene un hueco relevante en ambas series, sobre todo en la de la familia italo-americana. Sin duda los héroes no son lo que eran.

1 comentario:

  1. a ver si te dejas de cambios de nombre y de gadgets que parece que estes estudiando diseño gráfico

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