sábado, 16 de enero de 2010

MÁS MALDITOS QUE BASTARDOS

No me cabe duda que en la última película de Tarantino hay mucho de "malditos" pero no se puede afirmar que sea un producto ilegítimo, "bastardo" del autor. Aquellos que ven en este film originalidad yo solo veo que pertece, sin duda alguna, a su padre. Es un retoño, muy identificable.

Me veo (casi) obligado a opinar sobre una película cuyo excesivo metraje (algo ya habitual y generalizado hoy en día) ya merece ser recriminado. Pero el verdadero motivo es que se huele en las listas de críticos, festivales, blogeros, medios...un cierto tufillo a encumbrar a esta pasable (y poco más) obra del autor de Jackie Brown y que como colofón a dicho hedor se hallaría la meta de los Oscars. Pues bien, me revelo a que se posicione a Malditos Bastardos como parte de lo mejor del 2009.



El primer capítulo es, a mi entender, lo mejor de la película con diferencia. De hecho creo que es de lo más destacable del cine de Tarantino. Una de las escasas ocasiones en que la violencia, el miedo y la tensión se utilizan en el imaginario del director sin emplear litros de sangre, amputaciones y visceras. Algo que te cabrea más todavía porqué demuestra que sí que sabe hacerlo cuando quiere.

Con ese capítulo, el del bar y toda la intrahistoria del coronel Landa te preguntas: joder, ¿habrá madurado y encontrado un camino Tarantino alejado de la violencia reiterativa y unos personajes forzadamente malhablados? Respuesta:NO. El resto de capítulos (especialmente los del grupo de los bastardos) son mediocres e incluso alguno detestable(el último, por ejemplo).

Por otro lado, hay actuaciones muy buenas como la de los principales personajes nazis con Christoph Waltz (Coronel Hans Landa) a la cabeza. Por contra, chirría un poco la interpretación de Brad Pitt y un muchísimo la de Daniel Brühl.

Parece que a Tarantino le de miedo convertirse en un cineasta narrativo y reflexivo y siempre tenga que dar la nota para no perder una supuesta unión con las nuevas generaciones. Su forma de tratar la violencia me parece superada, repetitiva y poco justificada. Lo que pretende hacer es de 2º de preescolar en la academia Scorsese. Martin engarza, violencia e historia, con motivación y justificación. Quentin pega capas de sangre y personajes una encima de la otra con pegamento que, eso sí, parece que crea adicción.

4 comentarios:

  1. El universo tarantiniano siempre arranca disputas de este tipo. Sin ir más lejos, en dos semanas, tres blogs cercanos a nosotros(paraiso del freaky, cuadernos de rodaje y ahora el tuyo) se han hecho eco del último retoño del bueno de Quentin.

    Sabemos de sobra que su cine gusta o es odiado, casi sin término medio y a porcentajes bastante igualados, por tanto, creo que es alguien que merece, como mínimo, tener cierto reconocimiento, igual que lo tienen otros "peculiares directores" y tan dispares como Lars von Trier, Tim Burton o incluso Woody Allen. Creo que son gente con sello, con cierta habilidad para despertar "nosequés" dentro de los espectadores que acuden a una de sus películas, la mayoría de las veces predispuestos a idolatrarlos o vapulearlos, según sus preferencias. Es difícil que una peli de Allen defraude a un alleniano igual que es difícil que una peli de von Trier agrade a uno de sus detractores.

    Todo esto, lejos de levantar polémicas, hace que todos estos nombres y los de muchos más (interesen más o menos, da igual) creen divertidos pero absurdos debates sobre una supuesta maestría que ya no necesitan justificar.

    Quizá deberíamos preocuparnos más por saber si Judd Apatow, Alejandro Amenábar o Albert Serra son realmente buenos cineastas o simplemente una panda de sinvergüenzas.

    El tiempo lo dirá. Mientras, no cabe duda que Scorsese y Coppola o Spielberg y Lars von Trier (como me cuesta decir esto) son gente a la que hay que respetar.

    Aunque, como me gusta discutir, diré que von Trier es un poco más sinvergüenza que todos esos.

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  2. A mí lo que me da rabia es que un tío que tiene talento pierda el tiempo en repetirse, y repetirse...y siga esa pseudo etiqueta de estilizador de la violencia permanentemente.

    Es como rectificar a tu mejor alumno para sacar lo mejor de él. Yo quiero que llegue el día en que me tenga que rendir ante Tarantino, pero tras la mamarrachada del conductor asesino y de los caza nazis pongo en duda que ese día llegue.

    Por cierto, lo de Apatow te lo perdono porque sé que lo dices por provocar.

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  3. Lo más curioso es que por ejemplo, tanto en Paraiso del Freaky como aquí, se llegan a las mismas conclusiones a través de argumentos antitéticos. Es una de las grandezas del arte o, sin ser tan pedante, de cualquier producto fruto de un producto creativo. Si hablamos de rebeliones, yo me rebelo a que se ponga a Von Trier y a Apatow en la misma frase, la sola idea es repugnante.

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  4. Debo decir que en esta ocasión discrepo radicalmente con la opinión de este ácido bloguero. Disfruté como nunca antes viendo esta película y salí del cine con la extraña sensación de que había valido la pena cada céntimo de la carísima entrada que pagué por verla.
    Una vez más, el elemento subersivo que se encargó del trailer debería ser aniquilado por el bien de la humanidad siguiendo la linea argumental de la propia película. Es una historia con escasas dosis de violencia injustificada y muchísimas de HUMANIDAD (sí, con mayusculas).
    El señor Tarantino nunca había terminado de convencerme hasta hoy. Califico esta obra, aún a riesgo de resultar pedante, de sublime e imprescindible. Cada frame está colocado en su justo lugar, así como cada escena del film, al que no le sobra ni un sólo segundo.
    Creo que su secreto radica en el proceso de autodescubrimiento que provoca en el espectador, al igual que Greg y Tony.

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